El 1
de agosto del 2000 se fue, le dijo adiós al fútbol, colgó los botines y nos
dejó un recuerdo imborrable.
Gracias por todo Maestro, gracias por los campeonatos, por tus goles, por
tantas alegrías y, por qué no, por algunas tristezas. Gracias por la chilena
espectacular a Polonia, por el gol de tiro libre bajo la lluvia en cancha de
Ferro, por los goles a los bosteros, por aquel recordado gol a Talleres en
el último minuto, en fin, GRACIAS POR TODO ENZO.
Gracias por ponerte la camiseta con la banda y defenderla como nadie,
gracias por tu magia y gracias, por sobre todas las cosas, por esas lágrimas
en la despedida, que demostraron cuánto querés está camiseta.
Por
todo esto y por mucho más, te decimos:
"ETERNAMENTE GRACIAS ENZO, NUNCA TE VAMOS A OLVIDAR, HASTA SIEMPRE".
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